8 pasos para cortar con la moda rápida

COMPARTE

Siempre he sido una chica Zara.

Cuando estuve de Erasmus en Alemania, no había ni un Zara en mi ciudad (¡qué ultraje!). Y más de una vez y más de dos, cogí un tren a la ciudad de al lado solo para ir a mi tienda favorita.

Pues sí.

Un par de años después aprendí que hay una cosita llamada moda rápida y me di cuenta de que mi queridísima Zara entraba en el saco. De repente, me desenamoré.

Cuando decidí cortar con la moda rápida intenté dejarlo así, de golpe. Pasé de seguir las últimas tendencias a diario por las redes sociales a evitar todo lo que tuviera que ver con la industria.

¿Y sabes qué? Fue una experiencia terrible.

Odié cada segundo de mi pequeño experimento porque me obligué a separarme de la moda rápida a la fuerza, como si fuera un castigo, y sin pensar en las razones que en un principio me llevaron a querer dejarla atrás.

Cosas como el rechazo a la explotación laboral, al sobreconsumo sin sentido, a la contaminación textil,… Estos son algunos de los motivos que me llevaron a rechazar la moda rápida en un principio, y pensar en ellos de nuevo fue el empujoncito que necesitaba para cortar con ella de raíz.

No hay espacio para relationes tóxicas en 2020, así que tu primera tarea es pensar cuáles son tus razones para cortar con la moda rápida.

Y ahora que ya hemos charlado un poco sobre el tema, estos son los 8 consejitos que me ayudaron con mi detox – algunos los encontré en internet y otros los descubrí por el camino. ¡Suerte!

Cómo cortar con la moda rápida

1. Aprecia lo que ya tienes

Piensa y repiensa el uso de cada una de las prendas de ropa de tu armario. Posiblemente, mucha de l aropa que ya tienes venga de marcas de moda rápida. Sácale todo el partido que puedas a toda esa ropa.

Todas queremos tener este armario de ensueño que DE VERDAD nos hace sentir bien y que representa nuestro estilo. Dejemos atrás lo de tener pilas de ropa y «no tengo nada que ponerme».

Pues igual que un conservador de museo, selecciona qué merece un sitio en tu armario y qué no.

Tienes que ser crítica de verdad, así que este proceso a veces va a doler un poco. Por ejemplo, hay ropa con la que estamos encariñadas, pero que no nos pondríamos ni muertas. Esa ropa solo está cogiendo polvo y ocupando espacio en el armario. Si de verdad quieres tener esa prenda por los recuerdos que te trae o porque alguien especial te la regaló, considera almacenarla en algún otro sitio. Pero no en tu armario de todos los días.

Piensa que estas haciendo espacio para mas y mejores prendas – y mucha claridad mental.

2. Calidad > cantidad

Mira, si nos pagaran cada vez que una instagrammer dice: «¡comprad esta blusa, es baratísima!». Guapi, que algo sea barato no es razón para comprarlo.

Esta mentalidad solo nos lleva a consumir ropa de calidad muy cuestionable que durará una, dos temporadas a lo sumo. Y luego la tendremos que tirar, lo que añade a nuestro problema con los desechos. Y necesitaremos más ropa. Y así, en un ciclo sin fin.

Piensa en tu ropa como una inversión a largo plazo. A la larga, gastar un poquito más en una prenda de calidad a la que vas a poder sacar más partido, es mucho más rentable y menos frustrante que gastarte menos de 10 euros por algo que vas a poder utilizar tres veces antes de que se caiga a cachos.

Es la trampa de la moda rápida.

Consejito: intenta buscar una tienda vintage que tenga ropa de tu estilo. Puedes encontrar prendas de calidad, e incluso de marca, sin tener que vender un riñón para comprarlas.

dejar la moda rápida

3. No te conformes

Nunca te conformes con algo que no sea perfecto para ti.

Muchas veces compramos por comprar. No porque necesitemos algo o porque nos encante lo que vemos. A veces vemos nuevas tendencias en las redes sociales que no nos convencen del todo, pero nos subimos al carro de todos modos porque las Kardashians dicen que es la última moda.

Asi que repite conmigo: no voy a comprar cosas sin sentido. Está científicamente comprobado (por mí): cuando compramos algo que nos gusta solo a medias, lo ignoramos, nos empieza a dar grima y lo acabamos reemplazando.

O lo que es lo mismo, acabamos gastando más dinero, usando mas recursos y creando más basura por nada.

4. Olvídate de las tendencias.

Si hay una cosa que tienes que recordar de este post, es esta. Las modas pasan, el estilo es eterno – y no lo digo yo, lo dice Yves Saint Laurent.

Mira si tiene razón Saint Laurent, que ahora las marcas de fast fashion sacan hasta 52 colecciones al año (= una colección por semana).

Es imposible seguir este ritmo. Y tampoco merece la pena intentarlo. Así que pon tu energía en descubrir y desarrollar tu propio estilo.

¿Te acuerdas de cuando de adolescentes teníamos esta presión de llevar la última moda de escaparate? ¡Íbamos uniformadas! Y no porque nos encantaran los modelitos de la tienda de moda rápida de turno, sino porque era lo que se llevaba.

Ponte lo que te dé la gana y no lo que te diga una cadena de moda.

5. Cortar con la moda rápida no significa dejar de ir de compras

Ni tiene nada que ver con odiar la moda. Es simplemente cambiar de perspectiva.

A mí me sigue encantando ir de compras. Pero mi mentalidad no es la misma. Simplemente tienes que saber cómo darle una nueva forma a tus hábitos de compras, cómo pensar dos veces ante de comprar algo y cómo ser selectiva.

Al fin y al cabo, cuando compras algo estás decidiendo qué tipo de industria de la moda quieres perpetuar.

6. Sé más crítica sobre lo que ves en las redes sociales

Las influencers en Youtube e Instagram enseñando cada dos días toda la ropa nueva que se han comprado NO están promoviendo un comportamiento de consumición sano.

Cuántas veces habremos oído en uno de esos vídeos: “bueno, sí, me he comprado este suéter, pero ahora que lo pienso, no sé si me lo llegaré a poner alguna vez”.

¿Perdona? Creía que el objetivo de comprar cosas era…no sé… usarlas.

Estamos normalizando una cultura de moda de usar y tirar. Y si seguimos haciendo oídos sordos al daño que esto hace al planeta, nunca vamos a salir de este círculo vicioso.

Y esto tampoco significa que tengas que dejar de seguir todas las cuentas de moda que sigues. Solo tienes que ser más crítica. También puedes encontrar montones de canales y cuentas de moda sostenible. En Youtube me encanta ver los vídeos de Sedona Christina, y en Instagram una de mis cuentas favoritas es la de Marta Canga – y la mía también, por supuesto 😉

7. Encuentra marcas de moda sostenible que reflejen tu estilo

No me digas que una camiseta producida en masa que dice “edición limitadísima” (esta camiseta existe de verdad y la vende una marca de moda rápida…la ironía) refleja tu estilo mas que una prenda hecha con todo el cariño del mundo y materiales de calidad por una marca sostenible.

Cortar con la moda rápida va a ser mas fácil y menos doloroso si antes encuentras tu marca sostenible perfecta.

Hay miles de marcas éticas y eco esperándote. Solo tienes que encontrar la que mejor se amolde a tu estilo y necesidades.

Algunas de mis favoritas son:

8. Piensa en tu armario cápsula perfecto

Un armario cápsula es un armario con un número limitado de prendas, normalmente alrededor de 30.

Mira, seguramente nunca tenga un armario cápsula. Me encanta tener muchas muchas opciones, y no sé si alguna vez dominaré el arte del minimalismo.

Pero invertir en prendas atemporales para tu fondo de armario pueden ayudarte a cconcentrarte en tu propio estilo y a crear el resto de tu armario alrededor de esas piezas. También te va a ayudar a ver lo que ta tienes y lo que necesitas con mucha más claridad.

Asi que aunque no estes planteándote lo de tener un armario con solo 30 prendas, tómate un tiempo para imaginar qué habría dentro de este armario y cómo cambiaría tu estilo.


Este artículo contiene algunos enlaces a productos y marcas con los que estoy asociada. Si compras algo utilizando mis enlaces, recibiré una pequeña comisión (¡sin coste extra para ti!). Recuerda que solo te recomiendo productos que me encantan y que sé que te encantarán a ti también.

What do you think?

Scroll al inicio